Al trasladarte a una tienda a comprar algo, es probable que lo único que te interese sea el producto per se. Así, a la hora de enfrentar los pasillos repletos de diferentes marcas, todas haciendo el mejor esfuerzo para llamar tu atención gracias a su packaging; simplemente escogerás la que resulte conocida o cuya combinación de colores y texturas parezca más atractiva.
Precisamente es esa reacción casi instintiva lo que los especialistas de marketing buscan provocar, con el objetivo de destacar por encima de la competencia y fidelizar al cliente a la marca, alcanzando un mayor volumen de ventas.
Para lograr ese efecto usan la mezcla idónea de materiales, aprovechando al máximo sus ventajas y obviando en lo posible sus debilidades inherentes. La lista de materias primas más comunes en la industria incluye:
- Papel: sin duda el más delicado. Solo es apto para envoltura primaria, es decir, aquella en contacto directo con el contenido; pero, adecuadamente doblado y pintado transmite una sensación de exclusividad.
- Cartón: uno de los elementos más frecuentes en cada nivel de embalaje. Varía desde las cajas hechas con láminas finas y decoradas hasta las corrugadas, capaces de soportar golpes y presiones constantes, mientras protegen un elevado número de paquetes en su interior.
- Tela: en función y aspecto es similar al papel. Se encuentra principalmente soportando y decorando objetos lujosos, entre ellos perfumes, joyas y vinos.
- Vidrio: destinado, por excelencia, a contener líquidos, ya sean alimentos o perfumes. Es inocuo, transparente u opaco e incluso lujoso, cuando tiene alguna forma particularmente elaborada.
- Plástico: el avance más icónicos y memorable por su versatilidad en moldeado y colorido. Es resistente al tiempo y la intemperie y se ha vuelto omnipresente en todos los ámbitos.
- Madera: ofrece la resistencia suficiente para actuar de embalaje terciario. Por lo general, no se usa de envase y en las ocasiones en que se hace, se reutiliza.
Finalizando, tenemos el metal, frecuentemente presentado como latas con comestibles, ungüentos médicos y cremas para usos diversos. El punto es que, cualquier producto que adquieras siempre utilizará una o varias formas de packaging; entonces, su gran importancia no puede ser menospreciada.