Desde hace algunos años se ha venido imponiendo en el ambiente empresarial mundial un conjunto de normativas y reglas conocidas como las Normas ISO 9000 a las que luego se les han ido añadiendo otros números y particularizando al nivel de exigencia de cada empresa. Hoy también se conocen las normas ISO 9001/22000.
¿Pero cuál es la utilidad o la ganancia de aplicar toda una serie de recursos que no son medulares y que ni siquiera son, muchas veces, desarrollados por nosotros, a los procesos empresariales con objeto de acreditarse esta certificación?
Todos queremos ser reconocidos como negocios de calidad, como fabricantes de productos óptimos o como prestadores de servicios excelentes. Y hacemos esfuerzos para lograrlo usando o desarrollando pautas y condiciones que a nuestro parecer funcionarían mejor para lo que queremos.
El asunto es que todo ese esfuerzo es intenso y conocido puertas adentro, y los clientes pueden preferir nuestros servicios o productos, pero si tuvieran que justificarlo, tendrían que hacerlo solo desde su percepción limitada por lo que reciben de nosotros.
Este grupo de medidas, creado por una organización internacionalmente reconocida, busca precisamente desarrollar y unificar los criterios de gestión de calidad necesarios para ayudarnos a ser oficialmente aceptados como una compañía que cumple todos los estándares que se requieren para obtener esa certificación.
No solo se aplican en el proceso medular de la producción, sino en todas las gerencias y departamentos empresariales, a fin de desarrollar una conciencia integral, es decir que todas las secciones contribuyan al propósito de ser excelentes.
Obviamente eso requiere de un esfuerzo, tiempo, personal y presupuesto que no estaban incluidos en las ideas originales de desarrollo, pero al lograr la certificación se obtienen beneficios tangibles e intangibles que redundan a nuestro favor.
Una de los beneficios más espectaculares es que seamos reconocidos a nivel mundial, aunque solo tengamos un alcance nacional e incluso regional. Es decir en esta época de globalización tener el sello de las normas ISO 9001/22000 nos hace ser seleccionables en una competencia con cualquier empresa del sector de alimentos que exista aun a nivel del planeta.